Verano, veranito,
¿por qué tantos mosquitos?
Yo estaba soñando que estaba jugando
con motores de tractores
y quinientas herramientas.
Zumbidos, zumbidos,
me sacaron de mi sueño,
de un mundo del cual era dueño.
Hermano, hermanito,
¿por qué esos ronquidos?
Me quiero dormir,
no te quiero oir;
te chisto y listo.
¡Vuelta al sueño su dueño!
Zumbidos, zumbidos,
y ahora picazón,
en el tobillo y en el talón.
Mascota, mascotita,
¿qué pasa en el techo?
No me digas que un ladrón
se escondió en algún rincón.
¡Qué chuchi, mamuchi!
Me hago bolita debajo de la sabanita.
Zumbidos.
Ronquidos.
Ladridos.
¿Qué más?
¡Que no le toque al gallo ponerse a quiquirequear!
¡Qué el despertador no empiece a sonar!
Porque de un manotazo hoy sí que los callo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario